Globalización es un término moderno especialmente usado para describir los cambios en las sociedades y la economía mundial que resultan en un incremento sustancial del comercial o internacional y el intercambio, que de acuerdo a algunos es un concepto ambiguo y desatinado, apto sólo para ocultar el proceso real de expansión del capitalismo en escala mundial, pero para otros es un proceso beneficioso, una clave para el desarrollo económico futuro en el mundo que es a la vez inevitable e irreversible.
La globalización ofrece grandes oportunidades de alcanzar un desarrollo verdaderamente mundial, pero no está avanzando de manera uniforme, pues algunos países se están integrando a la economía con más rapidez que otros. Un ejemplo de los cambios que genera la globalización lo tenemos en algunos países de Asia oriental que se contaban entre los más pobres del mundo hace cuarenta años y se han convertido en países dinámicos y prósperos, e incluso les fue posible avanzar en el proceso democrático y, en el plano económico, lograr progresos en cuestiones tales como el medio ambiente y las condiciones laborales.
También tenemos ejemplos como algunos países de América latina y África que en los años setenta y ochenta aplicaron políticas orientadas hacia el sector interno y su economía se estancó o deterioró, la pobreza se agravó y la alta inflación pasó a ser la norma; no obstante, al modificarse las políticas en estas regiones, el ingreso comenzó a aumentar.
Al final, podemos decir que las crisis desencadenadas en los mercados emergentes en los años noventa han mostrado las oportunidades que ofrece la globalización como contrapartida del riesgo de la volatilidad de los flujos de capital y del riesgo de deterioro de la situación social, económica y ambiental como consecuencia de la pobreza.
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