Dimensión tecno-económica.

Se destacan las grandes transformaciones tecnológicas que han tenido lugar en el mundo durante las últimas tres décadas y la rapidez con que han ocurrido dichos cambios; con particular referencia a las tecnologías de la información.

Si bien aparecen nuevas oportunidades asociadas a la generación y difusión de estas nuevas tecnologías, el acceso a estas oportunidades es extremadamente desigual, quedando marginados de estos adelantos tecnológicos sectores crecientes de la población mundial, sobre todo aquellos más pobres.

En un mundo crecientemente interconectado por la informática y las telecomunicaciones, las regiones subdesarrolladas aún registran un elevado grado de marginación.

Menos del 1% de los habitantes de los países subdesarrollados tiene acceso a INTERNET. A finales de los 90, cerca del 90% de los usuarios de INTERNET eran de países industrializados quienes, además, controlan más del 95% de las patentes registradas.

Los países subdesarrollados con cerca del 78% de la población mundial aportan sólo el 18% de las exportaciones de bienes y servicios y el 37% del Producto Interno Bruto global; mientras que a los países desarrollados con alrededor del 15% de la población mundial les corresponde el 78% de las exportaciones totales y más del 57% del Producto Interno Bruto global. Sólo EE. UU., con apenas 4.6% de la población del mundo registra niveles de Producto Interno Bruto y exportaciones que superan los registros agregados correspondientes de toda América Latina, África y Asia subdesarrollada (excluyendo a China y al Medio Oriente), que en su conjunto representan más de la mitad de la población mundial (Fondo Monetario Internacional 2000).

En 1999 los 200 multimillonarios más ricos tenían una riqueza combinada de más de 1.1 millones de millones de dólares; es decir casi 8 veces el ingreso combinado de los 582 millones de personas que viven en los Programa Mundial de Alimentos, que apenas captaron unos 146 mil millones de dólares (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo 2000).

Dimensión comercial.

Gran dinamismo comercial, que se expresa en un crecimiento del comercio superior al crecimiento de la producción.

Auge de la transnacionalización, dado que las Notas Negociable en el Mercado -o exchange-traded note (ETN) en inglés- son agentes muy activos de la globalización. Acelerado proceso de fusiones y adquisiciones en el mundo.

Erosión de la preferencialidad en las relaciones Norte-Sur, como parte de las nuevas reglas del juego en el comercio internacional que han sido impuestas por los países industrializados a instancias de la Organización Mundial del Comercio.

Como parte del discurso neoliberal, se aboga por la liberalización, la privatización y la desregulación, como precondición de la mayor competitividad.

Tendencia a la creación y reforzamiento de bloques comerciales/económicos regionales, como el Acuerdo de Libre Comercio o ALC (dolarización, liberalización de inversiones, privatizaciones).

Dimensión financiera.

Mayor integración de los mercados de capital; y mayor interconexión de las bolsas de valores y productos.

Creciente especulación financiera: brecha creciente entre la economía productiva (“la llamada economía real”) y los flujos internacionales de capital, en especial del capital financiero (burbuja financiera o economía de casino).

Esta especulación financiera, exacerbada por la desregulación en este sector se ha traducido en mayor volatilidad (dado el carácter de corto plazo de una parte significativa de los capitales que circulan internacionalmente), gran inestabilidad y una elevada capacidad destructiva.

Debe tenerse en cuenta que la mayoría de los países subdesarrollados son afectados por serias restricciones comerciarles y financieras, vinculadas directa o indirectamente a la elevada deuda externa que gravita sobre sus economías y que ya supera los 2.5 millones de millones de dólares. En los años 1992-2000, los países subdesarrollados destinaron unos 264 mil millones de dólares, como promedio anual, sólo al pago del servicio de su deuda externa (Fondo Monetario Internacional 2000). En general, se aprecia una creciente vulnerabilidad de la economía mundial ante la posibilidad de crisis internacionales [como la iniciada en Asia en 1997 y que luego se extendiera a Rusia (1998) y Brasil (1999)].

Dimensión política.

La globalización política se refiere a la intensificación y expansión de las interrelaciones políticas en todo el mundo. La dimensión política de la globalización considera cómo estos procesos plantean un importante conjunto de cuestiones políticas relacionadas con el principio de soberanía de los Estados, el creciente impacto de las organizaciones intergubernamentales y las perspectivas futuras de la gobernanza regional y mundial, los flujos migratorios globales y las políticas medioambientales que afectan a nuestro planeta. La globalización contemporánea ha llevado a una permeabilización de las fronteras territoriales tradicionales de los Estados-nación y ha fomentado el crecimiento de espacios e instituciones sociales supraterritoriales que, a su vez, desestabilizan tanto los acuerdos políticos conocidos como las tradiciones culturales.

Dimensión social.

Creciente polarización social dentro y entre los países => crecimiento de la brecha entre ricos y pobres.

Número de pobres en países subdesarrollados: 1300 millones (100 millones en países desarrollados).

Otros cálculos revelan que el 20% más rico de la población mundial recibe más del 80% del ingreso mundial.

Por demás, la pobreza de ingresos se asocia a registros negativos en los principales indicadores de salud, educación, alimentación, vivienda y otras áreas básicas del desarrollo humano. Se estima que más de mil millones de habitantes de países subdesarrollados carecen de acceso a agua potable y más de 2400 millones de personas no cuentan con saneamiento apropiado. Cerca de mil millones de adultos son analfabetos. El déficit mundial para lograr la prestación universal de servicios básicos en los países subdesarrollados asciende a 80 mil millones de dólares anuales (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo 2000); cifra equivalente a la tercera parte del pago promedio anual de los países subdesarrollados por concepto de servicio de la deuda externa entre 1992 y 2000.

Proliferación del tráfico de drogas, terrorismo, tráfico de armas.

Migraciones Sur Norte y restricciones al libre movimiento de la fuerza de trabajo a nivel internacional.

Esta situación podría agravarse considerablemente en los próximos 25 años, sobre todo si se tiene en cuenta que casi 2000 millones más de personas se sumarán a los 6000 millones que actualmente constituyen la población mundial, y casi todo ese aumento tendrá lugar en los países subdesarrollados.

Dimensión cultural.

Reforzamiento de la dependencia cultural.

Tendencia a la uniformidad y a la estandarización de los patrones culturales.

Proliferación de la violencia y la pornografía en los medios de difusión masiva.

Se tiende a lesionar la soberanía y la identidad cultural.

Dimensión ambiental.

La internacionalización del debate sobre medio ambiente y desarrollo ha coincidido en el tiempo con el auge del discurso y las prácticas neoliberales a nivel mundial. En estas condiciones, la idea acerca del «mercado verde», o sea la aplicación de fórmulas neoliberales para resolver los problemas ambientales, también ha cobrado especial auge en los últimos años. En este sentido, pudiera destacarse el impacto ambiental altamente nocivo de los programas de ajuste macroeconómico, recomendados por el FMI a los países deudores. Como es de suponer, las mayores afectaciones se concentran en las regiones más pobres del planeta, que son además las más vulnerables desde el punto de vista económico, social y ecológico para enfrentar situaciones o eventos ambientales extremos.

Un análisis integral de la relación entre medio ambiente y desarrollo en el actual contexto internacional debe tomar en consideración la deuda ecológica del mundo desarrollado y la persistencia de un entorno de subdesarrollo, pobreza y deterioro ambiental, que afecta a las tres cuartas partes de la humanidad. A la hora de pensar en posibles soluciones a los dilemas económicos, sociales y ambientales que enfrenta la humanidad a inicios del nuevo milenio, resulta necesario, ante todo, romper con la fórmula convencional de relacionar las variables crecimiento económico, equidad y calidad ambiental. Según esta fórmula convencional, impregnada en las versiones más extremas del pensamiento neoliberal, si bien no existe incompatibilidad entre las tres variables antes mencionadas, primero es necesario crecer para luego progresar, de manera «automática», en términos de equidad y calidad ambiental. Como fórmula alternativa, se requeriría el diseño de estrategias de desarrollo sostenible que reconozcan la necesaria integración entre los problemas económicos, sociales y ambientales, como dimensiones que se complementan y se refuerzan entre sí.

Desde una perspectiva de largo plazo y con un enfoque integral, el crecimiento económico resulta incompatible con los rezagos en términos de equidad y calidad ambiental.

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